A veces uno se deja de tanta auto ficción y lee un novelón: tramas enredadas en el tiempo, personajes memorables y sobre todo, la capacidad de transportarnos a lugares distantes. Todo esto tiene la más reciente obra traducida al español del Nobel tanzano Abdulrazak Gurnah, fino estilista de la lengua inglesa. A orillas del mar además topa un tema de gran actualidad como es la inmigración africana en Europa y de alguna manera le pone nombre y apellido a través de sus dos narradores.
Saleh Omar es un anciano que llega a Inglaterra sin papeles y simulando no hablar inglés para conseguir asilo (haciendo que al arranque la novela se lea como un thriller político). Mientras describe su kafkiana detención en el aeropuerto de Gatwick, recuerda su pasado en un puerto de Africa Oriental donde confluyen varias culturas y cómo sus negocios con un comerciante árabe indirectamente perjudicaron a una familia haciéndoles perder su casa.
Uno de los hijos de esta familia se convierte en el segundo narrador de la novela, y conocemos la historia de Latif Mahmud, un intelectual asimilado que abandonó su complicado entorno en la juventud (el relato de sus años como estudiante afro en la RDA no tiene pierde) y trabaja desde hace algunos años como profesor y traductor en una universidad inglesa, lo cual lo vuelve a juntar inesperadamente con Saleh.
A partir de este reencuentro entre dos hombres que alguna vez estuvieron enfrentados, el autor despliega su talento para conectar todos estos relatos y digresiones hasta desembocar en un ajuste de cuentas para ambos: Saleh finalmente puede contar su versión de los hechos y Latif completa el rompecabezas de su familia y del país que dejó atrás para siempre.
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